El imaginario del “indio borracho” hace alusión a una característica común entre la población indígena, es una imagen de hombres campesinos varados en las calles de la ciudad, en los parques y en las cantinas. Evoca la atmósfera de festividades indígenas con excesivo consumo de alcohol. Y al parecer, el estado de embriaguez provoca en las personas un comportamiento violento y salvaje para con sus semejantes, de ahí, la idea aún conservadora de las mujeres, del aguante a pesar de todo porque sus esposos son. El alcoholismo va más allá de afectar a la población indígena, es una enfermedad viciosa en la que se involucra toda una sociedad. Sin embargo, el enfoque en la población indígena tiene un tinte distinto, una transición del motivo por lo que consumían y lo que consumían, antes y después de la colonización y la evangelización. La documentación durante la época colonial menciona la problemática que surge a raíz de fiestas religiosas: Al respecto Gonzales Suárez dice: “nada preocupó tanto al Obispo Solís, como la extinción de la borrachera de los indios; había observado con dolor, que las fiestas religiosas eran ocasión de embriaguez y de desórdenes, pues los indios se preparaban de antemano, haciendo copiosa provisión de sus bebidas fermentadas, el Obispo prohibió bajo pena de excomunión mayor, ipso facto incurrenda, que los curas nombraran o eligieran priostes a ningún indio: “Suplicó además a la Real Audiencia, que trabajara con energía y eficacia para cortar los excesos de la embriaguez Sugería el Obispo que pudieran emplearse método coercitivos, entre otros, el de cortar el cabello a los que se embriagaran o encerrarlos en un hospital” (Gonzales Suárez, tomo I – II, 450). Retrocediendo en el tiempo e historia, los Incas desarrollaron un sistema agrícola en donde uno de los principales alimentos era el maíz. Este era el producto principal para el proceso de fermentación. El maíz no solo era uno de los productos principales de alimentación, sino que se usaba como bebida alcohólica. Lo importante de conocer ahora, es la razón por la que la fermentaban. El gran imperio inca es conocido por su fuerte adoración a los astros por lo que las ceremonias y rituales son muy comunes en estas poblaciones. LoEsta sociedad se basaba en los ciclos de los astros como la luna y el sol para sus actividades agrícolas. Esto sugiere la importancia del clima para un resultado fructífero. Cuando por ejemplo, la época de sequía no cesaba, realizaban ceremonias anhelando la llegada de la lluvia. Estas ceremonias eran acompañadas de la chicha, bebida obtenida del maíz.
“Ilustración de Felipe Huaman Poma de Ayala. Se observa un día de trabajo con la presencia de bebida, posiblemente la chicha”
Un segundo patrón de consumo era el de estimulante, “la aplicación de las tribus y el proceso de urbanización que requirió trabajos en conjunto y es aquí en donde se comienza a usar bebidas fermentadas como un estimulante para trabajos forzosos” (Estrella, 1977, p.53). El trabajo conjunto es actualmente muy común entre las sociedades andinas, la minka es un espacio de trabajo colaborativo y festivo, la chicha u otra bebida fermentada está presente como un estimulante para dar fuerza a los trabajadores y para celebrar el trabajo realizado. Además, es esencial mencionar que en el período inca hubo también otro patrón de consumo de la chicha, era el de la celebración de las fechas especiales como Inty Raymi, matrimonios y la muerte. Esta última, era muy común ya que al enterrar a los muertos ponían chicha junto a sus cuerpos.
Con la colonización, hay una transición en el tipo de licor. Los españoles traen el vino de uva, y las técnicas de destilación que harían posible obtener alcohol de productos que fueron adaptados, como la caña de azúcar. La llegada de los españoles significa también la evangelización, pues a partir de entonces se aumentaron los motivos de las celebraciones. Con el priostazgo; los matrimonios, bautizos, fiesta a los santos, entre otros; multiplicaron las razones de ingerir alcohol. Cada una de estas tradiciones significaba un fuerte motivo de celebración , los indígenas realizaban fiestas de gran regocijo, gran exceso de alcohol y comida. Consecuentemente, vivían endeudados de por vida. A esto se suma el terrible escenario en que vivían los indígenas. La explotación de trabajo en las haciendas y huasipungos y la violencia por parte de los patrones, causó un motivo de embriaguez, estado en que maquillaban su melancolía, de ahí se tiene aún una imagen del indígena triste en su campo. La noción de los españoles ante el beber de los indígenas era considerada salvaje y excesiva. El cronista Reginaldo de Lizárraga en su obra, Descripción Breve del Perú (1968), realiza una correlación entre la despoblación de los valles andinos debido a los accidentes, enfermedades y actos de violencia inextricablemente vinculados a la pérdida de razón por beber en exceso. La concepción del “indio borracho” es demoníaca, incivilizada y salvaje. Sin embargo, “Hoy es un hecho bien conocido que ciertamente no fue el uso o abuso de alcohol la causa principal de la elevada mortalidad indígena, sino las epidemias, el trabajo en las minas, la explotación sin límites y la violencia de la conquista” (Gaspari, 2020, p.16) Más de 500 años después, en el acontecer actual se puede hacer una reflexión del recorrido trágico del alcoholismo en las poblaciones indígenas. A pesar de que las cosas han mejorado, aún se normaliza el beber en exceso en estas poblaciones. La vida en comunidad aún permite presenciar la costumbre normalizada de mujeres en busca de sus esposos en las cantinas, en las fiestas y en las canchas de fútbol; las lágrimas de los niños ante la presencia de acontecimientos violentos. Parece un círculo vicioso del que ellos serán parte y repetirán al no cumplir ni los 12 años y que con tanta normalidad realizarán. Más que un avance representa aún un estancamiento o retroceso en la sociedad indígena que permite que siga existiendo la concepción del “indio borracho por naturaleza”.
Referencias:
De Lizarraga R. (1600), Descripción breve del Perú, Biblioteca de autores españoles, Madrid, 1968.
Estrella, E. (1977). Memorias del primer seminario Nacional sobre el Alcoholismo. Editada por el comité ejecutivo del Seminario.
Gonzales Suáres, F. (1970). Historia del Ecuador. Casa de la Cultura Ecuatoriana. Tomo I-II, (pp.450-451).
Gaspari, M. (2020). Reflexión histórico-antropológica sobre las prácticas de consumo de alcohol en el Perú andino. Entre arqueología histórica y estereotipos sobre el indio borracho por naturaleza. Revista Cultura y Representaciones Sociales. https://www.researchgate.net/publication/339618288
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